domingo, 12 de mayo de 2013

INTEGRANDO LA TICS













miércoles, 8 de mayo de 2013

Implantación de las TIC en la educación y capacitación docente


El tema de la implantación de las tecnologías puede ser una de las tareas más frustrantes o más enriquecedoras con las que se haya enfrentado el equipo de trabajo de una institución educativa. Los resultados del proceso están directamente relacionados con la planificación inicial y el acceso a los recursos humanos, materiales y organizativos adecuados.
La integración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en las aulas es compleja, no se genera de la noche a la mañana, ya que implica todo un proceso que muchos especialistas han tipificado como arduo y lleno de obstáculos; sin embargo, y aquí va la parte enriquecedora, puede ser el punto de partida para superar la modalidad tradicional de impartir clases. Con la tecnología, los docentes pueden poner en práctica acciones innovadoras que mejoren el ambiente del aula y los impulse a asumir nuevos roles. En los alumnos, el beneficio no puede ser menor; los nuevos ambientes educativos apoyados por la tecnología permiten a los estudiantes potenciar sus habilidades, enfrentarse al aprendizaje desde una postura activa, participar de ambientes colaborativos y construir su propio conocimiento.
Incidencia de las TIC en el proceso educativo
Al hablar de la incidencia de las TIC en la educación es necesario remitirnos a sus posibilidades. Hoy en día, es difícil que alguien pueda cuestionar los grandes efectos e importantes consecuencias que las tecnologías producen en el desarrollo social, económico y cultural de los países a nivel global. Estas tecnologías están presentes en todas partes y en todo momento de la cotidianidad del ser humano, a tal grado que saber convivir con ellas es una necesidad,  y aprovecharse de sus posibilidades es un reto.
A través de las TIC encontramos nuevas posibilidades relacionadas con:
  1. La multimediación: La capacidad de poder integrar en un solo formato sonido, video, texto, animaciones e imágenes.
  2. La interactividad: La posibilidad de poder interactuar con otras personas, comunicarse, responder y retroalimentarse.
  3. La conectividad: Capacidad que tienen los dispositivos informáticos de establecer redes de comunicación tanto local como global, de forma sincrónica o asincrónica.
  4. La disponibilidad: Tener acceso a los recursos de información y comunicación en todo lugar y momento.
El reto de las instituciones educativas entonces está en apropiarse de las nuevas posibilidades que ofrecen las TIC y aplicarlas en el proceso enseñanza-aprendizaje para generar ambientes educativos innovadores, donde los más beneficiados sean los alumnos por medio de la ejecución de nuevas prácticas y la captación de nuevos y mejores conocimientos.
Las TIC inciden en el surgimiento de nuevos ambientes educativos, propiciando novedosas modalidades para estudiar. Las redes informáticas permiten extender los estudios a grupos sociales que por distintos motivos no pueden acceder a las aulas, la educación a distancia es un ejemplo de ello.
Estas nuevas puertas de la educación facilitan la flexibilidad del aprendizaje, ya no es necesario asistir a un aula física; el hogar, el lugar de trabajo, el centro de entretenimiento pueden ser espacios desde los cuales se acceda al centro escolar. Tampoco, se está limitado a un horario determinado, el estudiante puede organizar su propia dinámica de estudio de acuerdo a sus posibilidades de tiempo.
En este entorno, los alumnos son más autónomos, pueden gestionar su propio conocimiento mediante el uso de los recursos y herramientas que les posibilitan  poner en práctica nuevas habilidades. Por otra parte, el papel del profesor también cambia, éste pasa de ser transmisor de contenidos y adopta un papel de mediador; en otras palabras, se convierte en un facilitador que orienta al alumno en la maximización de su aprendizaje.
En este contexto, la comunicación es fundamental, los usuarios del sistema pueden acceder a diferentes herramientas de comunicación como el correo electrónico, los foros, las salas de conversación, los weblog, etc., para que, por medio de la discusión y el intercambio de ideas, se potencie un proceso de reflexión y se promueva la colaboración entre los participantes. Los alumnos trabajan en una comunidad de aprendizaje donde hay un esfuerzo compartido por alcanzar la meta del grupo y un interés por contribuir con el aprendizaje de los demás.
Dificultades en la implantación tecnológica
Los planteamientos antes abordados bajo un enfoque teórico, nos pueden ayudar a tener una visión más amplia a la hora de poner en marcha un proceso de integración tecnológica.
La implantación de las TIC es un proceso que persigue la incorporación natural de éstas en las diferentes actividades del centro educativo, particularmente en el currículo, con el objeto de apoyar los objetivos de cada materia y estimular a los alumnos a desarrollar su propio conocimiento. De esta manera, las TIC se convierten en parte constitutiva de la cultura del centro.
Como parte de la implantación, las tecnologías de la información y la comunicación deben materializarse de forma progresiva en diferentes niveles de complejidad, este proceso requiere una planificación rigurosa donde se identifiquen con claridad objetivos, actores, ambientes, recursos a utilizar, el tiempo que se invertirá, los cambios organizativos que implicará y las medidas de evaluación y control que irán acompañando su desarrollo.
Aspectos como la apropiación e implantación de las TIC son temas constantemente abordados en infinidad de foros donde se discute la importancia de las tecnologías en la educación, y es que los recursos tecnológicos han estado presentes en las aulas  por más de una década y aún se sigue adoleciendo de los mismos problemas, entre ellos: dificultades en su operación, desconocimiento de su utilidad, falta de conocimiento en su aplicación didáctica, subutilización, entre otros puntos.
Hay que tomar en cuenta que durante el proceso pueden presentarse una serie de dificultades relacionadas, no sólo con la falta de recursos materiales, sino con la limitante de tiempo para dedicarse a las actividades propias de la integración tecnológica, la falta de opciones y mecanismos de capacitación, la ausencia de liderazgo, la inexistencia de apoyo técnico e incluso la negativa al cambio que pueden tener algunos miembros de la comunidad educativa, etc.
Desde la experiencia en la aplicación de las TIC en actividades educativas, podemos inferir una serie de situaciones que vale la pena tomar en cuenta a la hora de implantar tecnologías en la educación. Podríamos decir que la falta de recursos financieros, de entrada, es un problema con el que se enfrentan la mayoría de instituciones de educación, principalmente las del sector público. Basta con salir a la periferia para darse cuenta de las limitantes que viven muchos centros educativos dentro de la dinámica de la educación tradicional presencial, no se diga, en la educación a distancia que de por sí, cuenta con menos recursos para enfrentar el quehacer educativo.
Superando la limitante económica, hay instituciones educativas que se enrumban en el viaje de la innovación tecnológica, es en este punto cuando, contando ya con los instrumentos, empiezan a generarse una serie de situaciones que posiblemente no se previeron, o se les dio poca relevancia. Son problemas relacionados con el reducido aprovechamiento de la tecnología. ¿Cuáles son las causas? ¿Qué lo genera?, son cuestionamientos que salen a relucir. Particularmente podemos decir que la falta de productividad en la incorporación de las TIC en los centros educativos obedece a la manera en que los promotores y beneficiarios del proyecto asumen la idea del mismo. Para el caso, los profesores pueden no sentirse identificados con el proceso, situación que puede estar motivada por el desconocimiento del uso de las tecnologías, no se sabe como usarlas en actividades didácticas ni como aprovecharlas para innovar en las dinámicas de la educación presencial, semipresencial o a distancia.
Capacitación docente
La situación antes mencionada da paso para sugerir que antes de invertir en tecnología se debe invertir en capacitación y específicamente en capacitación para la innovación, se trata de dedicar tiempo y esfuerzo en motivar, convencer, e incorporar a toda la comunidad educativa en el proyecto de innovación tecnológica; hacerlos parte del mismo.
Se debe crear el ambiente social adecuado para el cambio: un ambiente social idóneo parte del convencimiento de los involucrados de que hay congruencias entre el proyecto y sus deseos y expectativas. Es indispensable captar la aceptación de los profesores. Un prerrequisito básico sería que el cuerpo docente se adhiera a los objetivos de la implantación tecnológica para que perciban que son sus propios intereses son los que están en juego.
Superada esta situación, podemos pensar seriamente en la inversión tecnológica que va acompañada de otra capacitación. Se debe actuar en el campo del desarrollo de la capacidad docente para enfrentar el reto tecnológico, nos referimos a formar a los profesores en la adquisición de nuevos conocimientos, actitudes y destrezas. De poco sirve el instrumento si no se cuenta con un cuerpo docente capacitado en su uso y sintonizado con la innovación y el cambio. Si no se actúa en este sentido, los resultados no pasarán de crear nuevas formas para enfrentar la educación tradicional, en menoscabo de las transformaciones requeridas para enfrentar los retos de la sociedad de la información.
Una adecuada capacitación permite valorar críticamente la incidencia de las TIC en la educación, evitando apreciaciones superficiales como la desvaloración del recurso sin conocerlo o, al contrario, la sobredimensión del mismo, ambos extremos son nocivos para el proceso de implantación y son el producto del desconocimiento de las potencialidades y usos de la tecnología.
Es indispensable cambiar el paradigma tradicional de educación, donde el profesor es el depositario del conocimiento, a esto puede contribuir la tecnología por medio de la creación de ambientes más flexibles de educación, en donde el estudiante tiene más autonomía y control sobre el medio que posibilita el aprendizaje.
Se necesita centrar el proceso de capacitación docente en los siguientes puntos:
  1. Dominio sobre el manejo instrumental del recurso para que el docente pueda sentirse cómodo manipulándolo y usándolo adecuadamente. Incluye el aprendizaje del manejo adecuado de los dispositivos tecnológico y de los programas que serán utilizados para dinamizar el proceso de aprendizaje.
  2. Empleo didáctico de las TIC, como recurso de apoyo para enfrentar las actividades de la clase. Es indispensable que el docente reciba capacitación en técnicas y metodologías que permitan aprovechar al máximo el potencial de las tecnologías para mejorar el ambiente de la clase, incidiendo en una mayor receptividad de los alumnos.
  3. Integración curricular de las TIC. Implica el uso transparente de las tecnologías en el proceso de enseñanza-aprendizaje, por medio de su incorporación a la cultura educativa del centro de enseñanza.
  4. Creación de materiales educativos con las TIC. Los docentes deben tener conocimientos sólidos en la planificación, diseño y desarrollo de recursos multimedia para el aprendizaje.
  5. Explotación de las capacidades comunicativas de las tecnologías. Los profesores deben saber aplicar los recursos de comunicación en línea como el correo electrónico, el Chat, los foros de discusión, las video conferencias, etc.
  6. Gestión del centro educativo. Los docentes deben estar al tanto de los medios para dinamizar procesos como la tutoría mediante Internet, actualización de notas en línea, etc.

Para finalizar, es necesario mencionar que la capacitación docente debe estar acompañada de mecanismos de evaluación. El logro de los objetivos, así como la medición del desempeño obtenido por el cuerpo docente únicamente puede ser evidenciado por un proceso planificado y sistemático de evaluación. Este debe estar orientado a proveer información en todo momento, con el fin de  potenciar ciertas actividades, y corregir otras.
De acuerdo al planteamiento desarrollado, la apuesta y el éxito de todo el proceso de implantación radica en crear las condiciones que den viabilidad a la conformación de una cultura educativa tecnológica en el docente que pueda ser irradiada por éste hacia los alumnos y, de estos últimos, al contexto social del cual forma parte toda institución educativa.